Productos

Vino de hielo

El vino de hielo se obtiene a partir de uvas que se cosechan en diciembre, a 10 grados bajo cero. Se recogen siempre a mano, por la noche, y se prensan en estado de congelación, lo que produce una gran concentración de azúcar en la uva, ya que la mayor parte del líquido queda en la prensa en forma de cristales de hielo. Es, por lo tanto, un vino muy laborioso de producir. El vino resultante tiene un color dorado, ámbar oscuro o incluso rojo, en función de la variedad de uva empleada. Este vino se caracteriza por su intenso dulzor natural, un bouquet muy aromático lleno de notas frutales, que lo ubican entre los mejores vinos del mundo. Habitualmente se toma frío, de aperitivo o como vino de postre. Canadá es uno de los principales productores de vino de hielo, ya que debido a su clima la uva se congela en las vides de forma natural. Gracias a estas condiciones climáticas y a una regulación estricta, los vinos de hielo de Canadá son hoy de los más prestigiosos del mundo.

Sidra de hielo

La sidra de hielo es un producto novedoso que nació a principios de los años noventa en Quebec. El clima característico de esta provincia, con temperaturas extremas en invierno, es la clave de la elaboración de la sidra de hielo. Existen dos métodos esenciales de elaboración: a partir de la recolección manual de las manzanas maduras congeladas en el árbol, cuando las temperaturas oscilan entre -8º y -15º; o mediante la extracción del zumo que se deja congelar por frío natural. La fermentación empieza a partir de enero. La regulación es muy estricta; la tasa de alcohol obtenida debe ser superior al 7% e inferior al 13% de alcohol por volumen; no puede tener azúcares, alcohol, aromas o colorantes añadidos. Al igual que el vino de hielo, este producto es ideal para tomar como aperitivo, acompañando unos quesos, o como postre. La sidra de hielo goza hoy de un prestigio internacional comparable al de los grandes vinos dulces como los vinos de hielo.

Sidra de fuego

Nacida igualmente en Quebec y con denominación propia desde 2012, la sidra de fuego se elabora mediante una concentración de aromas más intensa, evaporando el agua por ebullición. Tras hervirla, queda un 20% del líquido inicial que se fermenta a muy bajas temperaturas con la ayuda de levaduras. Al cabo de varias semanas se envejece en barricas de roble. Son necesarios nueve kilos de manzana para elaborar una botella de 375 mililitros. De tonalidades ámbar y brillante, tiene gran complejidad aromática (con notas de caramelo, manzana asada, nueces, naranja…) elevada frescura y un punto de acidez que la hacen única. Como la sidra de hielo, resulta ideal para acompañar quesos, helados cremosos o simplemente para degustarla sola como aperitivo.

El bogavante canadiense

De caparazón duro, procede de las frías y limpias aguas del Atlántico norte. La pesca del bogavante canadiense se realiza de forma responsable, con una gestión integrada y siguiendo unos estrictos criterios de control. Las capturas tienen lugar en el momento en el que los ejemplares ya han desarrollado su caparazón, por lo que su carne es dura, ligeramente dulce y de una calidad extraordinaria. Desde un punto de vista nutricional, es rico en proteínas, vitaminas y yodo, y bajo en grasas y calorías. El bogavante puede cocinarse de múltiples formas: hervido, a la parrilla, etc. Por su intenso sabor es magnífico para la elaboración de arroces. El bogavante canadiense se puede encontrar en el mercado tanto vivo como congelado. El congelado se presenta en formatos comerciales muy variados: crudo, cocido, pinzas, colas, codos, cabezas, con caparazón y también pelado. Recientemente, se ha introducido el sistema de extracción de la carne por alta presión (High Pressure Processing – HPP). La diferencia de presión produce la muerte instantánea del animal, evitando cualquier sufrimiento. Con este proceso, se separa la carne cruda completamente del caparazón, lo que permite aprovecharla en su totalidad garantizando todo el sabor y la textura. Además, al congelarla inmediatamente se consigue una frescura excepcional.

El sirope de arce

La famosa hoja roja que aparece en la bandera de Canadá proviene del arce, árbol característico del país. Mucho antes de la llegada de los europeos, los indios ya conocían y consumían la savia de este árbol y utilizaban el “agua dulce” para cocinar piezas de caza. En primavera la savia asciende desde la raíz por el tronco del árbol y es en ese momento cuando se recoge por medio de técnicas ancestrales, hirviéndolo para concentrar los azúcares. Existe una amplia gama de colores de sirope de arce, desde el amarillo ambarino hasta el marrón oscuro. El sirope de arce contiene vitaminas B, H y A, minerales, proteínas, hierro, calcio, magnesio y zinc, convirtiéndolo en un producto muy saludable. El néctar obtenido se integra en todo tipo de preparaciones típicas de la cocina canadiense. Si bien su consumo suele estar asociado a los postres, el sirope de arce es un producto de gran versatilidad y también se utiliza para aderezar carnes, pescados y ensaladas, aportando un gran contraste a los platos.